Era todo demasiado complicado y confuso, demasiado torpe y arriesgado, demasiado doloroso y desconfiado. Le dí amor, tanto como podía entregarle, más del que me convenía. Tal vez eso lo rompió, las vagas ilusiones se quebraron. No se acabó el amor ni se murió. Simplemente se rompió, se vino abajo en picada sin que podamos reaccionar. Voló el amor como los pájaros que migran, se fue lejos para que no lo encontremos más. Se rompió, un pedasito de ese amor quedó en nosotros, en el baúl de recuerdos que rebuscaremos un día para recordar y sentirnos estúpidos. Estúpidos de almacenarlos, estúpidos de perderlos.
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