Querido Gabriel:

Me encantaría volver a sonreír. Pero ¿como hacerlo cuando por un error mío se me priva de toda libertad? Te extraño, hoy más que nunca. Ya pasaron días desde que no te veo. ¿Me seguís esperando? Acá estoy yo, encerrada, improrándole a la vida que me deje huir de acá para verte. Ya casi no recuerdo el brillo de tus ojos y eso duele. El olor en tu campera se esta desvaneciendo y me hace pensar que vos me estas olvidando.
Es como si respirar doliera, como si extrañarte me causaría heridas en el corazón. Espero sea toda mi imaginación y sigas recordándome,